17 feb 2012

De la importancia del contacto físico o "De cómo tirar el dinero y perder el tiempo"

Jessie Willcox Smith, "Sweet and low" (Juvenile Nursery Rhymes)
Esta semana empecé las clases de preparación al parto. Como la otra vez piré muchas, algunas de las charlas me pillan de nuevas, entre ellas la de esta semana pasada, en la que nos pusieron unos DVDs sobre la importancia del contacto físico con el bebé. En uno de los videos salían un montón de "mamás" (odio esto de "las mamás") rebozando en aceite a sus respectivos bebés, porque la moraleja de todo el asunto es que hay que darles masajes a los bebés, que los relaja mucho y, sobre todo, "permite crear un vínculo maravilloso". Para convencernos de esto, aparecían también sesudos científicos que se habían dedicado a desarrollar proyectos muy serios con monos varios que demostraban que los animalitos que tenían contacto físico con su madre eran más felices, más hábiles y más sanos que los que se habían criado solos en una jaula. Con todo esto, aderezado con porcentajes y cifras, concluían que "recientes descubrimientos avalaban la importancia del contacto personal". A mi me da la risa, por no llorar, pensar en la de dinero, tiempo y neuronas que se habrán gastado en "descubrir" una cosa tan boba y tan evidente. Con que hubieran preguntado a las mujeres del mundo habría sido suficiente, porque sabemos desde hace siglos que tocar, acariciar y masuñar es fundamental y beneficioso para la salud física y mental. Y lo sabemos porque llevamos siglos dedicadas a cuidar a la gente (bebés y todo lo demás) y a los animales. Pero claro, para eso habría antes que darle valor a la experiencia y la voz de las mujeres. Así que, mientras tanto, el patriarcado sigue ahí, gastando millonadas en volver a inventar la rueda.